Sravana, que significa «escucha», se refiere a escuchar las enseñanzas espirituales de los gurús y los antiguos textos con devoción y atención plena. Es como recibir las preciosas gotas de rocío del conocimiento.
Luego viene Manana, que significa «reflexión» – ponderar profundamente lo que se ha escuchado para extraer el sabor de la verdad que está más allá de las palabras. Manana es como dejar que las gotas se asienten, reconociendo así la Verdad en nuestro interior.
Finalmente está Nidhidhyasana, o «contemplación profunda». Aquí, por la práctica asidua de Manana, la Verdad se vuelve un estado continuo de ser. Se traspasa más allá del entendimiento intelectual y se revela en toda su gloria sin velos. Nidhidhyasana es presenciar la Verdad directamente, como el rocío que se funde con el océano del ser. Estos tres grados sublimes de escucha, reflexión y contemplación llevan al buscador paciente a la liberación suprema.