Mis queridos, el discernir entre el Ser Real y el ser condicionado es crucial para abrazar nuestra verdadera naturaleza. Escuchad pues con atención.
El ser condicionado es nuestro sentido ordinario de «yo», rodeado de las limitaciones del cuerpo, mente y ego. Está sujeto al nacimiento, la vejez, el sufrimiento y la muerte. Es cambiante, dual y atado al tiempo y espacio.
Pero dentro de cada ser habita un Ser Real trascendental e inmutable. Este Ser, conocido como Atman o Alma en el Vedanta, es independiente y eterno, libre de toda imperfección o debilidad. Es el mero testigo puro e impersonal de este drama cósmico sin involucrarse en él.
Mientras identificados con el ser condicionado vivimos en la ilusión de ser individuos separados, el Ser Real en nosotros siempre ha sido uno con lo Divino Absoluto, llamado Brahman.
Entonces, el propósito de la práctica espiritual no es perfeccionar el ser condicionado, sino ir más allá de él para conectar con nuestro Ser interior inmortal. Al reconocer la verdad de «Tat Tvam Asi», alcanzamos la liberación final.
Que esta distinción profunda marque bien vuestro camino. Y que la luz de vuestro Ser Real os alumbre siempre!