Buena pregunta, hijo mío. La vigilancia de uno mismo es un arte sutil que requiere práctica constante. Te comparto algunos consejos para empezar:
– Comienza tu día con la oración a tu Señor interior. Pídele guía para caminar por el Sendero con claridad de mente.
– A lo largo del día, cada cierto tiempo, toma unos minutos para observar tu mente con gentileza. ¿Qué pensamientos predominan ahora? ¿Son de apego o liberación?
– Antes de hablar o actuar, frena por un instante y pregúntate: «¿Esto servirá para el bien de todos o solo alimenta mi ego?»
– Cuando surjan emociones negativas, respira profundo y contempla tu ser real más allá de ellas. No te identifiques con la tormenta.
– Al final del día, lleva a cabo una mini-retirospectiva: ¿Dónde pude haber actuado desde mi ser más que desde mi yo? Aprende de ello.
Ten paciencia y no te juzgues con dureza. Con el tiempo, la práctica desenvolverá tu intuición. Lo importante es el esfuerzo, no la perfección. Camina en paz, querido discípulo. La liberación es inevitable para quien no se rinde en esta búsqueda transcendental.